Rodrigo Estévez Andrade recuerda a quien sostuvo que los trabajadores “eran sus hermanos”.
Un día como hoy, en 1902, nació Crisólogo Larralde.
El hombre que resignificó la causa de los desposeídos de Leandro Alem, en la causa de los derechos del trabajador, que dejó grabada en el 14 bis.
De origen humilde y padre anarquista fue un activo militante contra el fraude conservador de los 30.
Su texto sobre el 17 de octubre de 1945 tuvo la sensibilidad y la capacidad de lectura que la mayoría de sus correligionarios no supo comprender e interpretar.
Nunca ocupó un cargo ejecutivo. En 1957, ante la división frondizista, fue el primer presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical del Pueblo.
Allí reunió al balbinismo bonaerense, el sabattinismo cordobés y el unionismo.
El debut de la UCRP fue en el triunfo del 28 de julio de 1957 en la elección para constituyentes nacionales donde la participación superó el 90 por ciento del padrón.
El radicalismo del pueblo, el de Larralde ganó con el 32,2 por ciento; mientras que la UCRI, obtuvo el 28 por ciento.
Juan Domingo Perón, desde el exilio, ordenó votar en blanco. Solo uno de cada cuatro empadronados acompañó el llamado del general.
En tiempos donde vuelve a ganar espacio el descreimiento sobre la política, y principalmente sobre su dirigencia, viene bien apelar a una de sus ideas fuerza de finales de los años 50:
“El desdichado hombre que se llama ‘el político’: Cuando oye alrededor a toda la gente que nadie cree en nadie; no obstante, sigue caminando, porque a pesar del desaliento tiene un deber que cumplir.
Solo es posible desmoralizarse; no es posible entrar en el descreimiento.
Desentenderse de la política es no querer saber cuánto se va a pagar por la luz, el transporte, la ropa, la carne, el pan; porque lo político no es la tarea de buscar votos, sino la lucha y el mejoramiento del diario vivir.
Todos tenemos que ser políticos y todos tenemos que creer en algo, y no pido que sea nuestro partido, sino en todos los partidos donde hay hombres que se preocupan por la solución de los problemas que en la actualidad afectan a todos”.
En plena campaña por la gobernación bonaerense, entre los obreros de Berisso que lo habían ido a escuchar murió en 1962.
Calles, comités, plazas y escuelas lo recuerdan, y hacen bien.
Rodrigo Estévez Andrade, licenciado en Periodismo.
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