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LAS COSAS POR SU NOMBRE

El asesinato del chofer Daniel Barrientos y la posterior golpiza al Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires Sergio Berni, son una demostración elocuente de dos realidades que afectan y angustian a todo el pueblo argentino.

Por un lado, el desgobierno y el fracaso absoluto de las políticas de seguridad a escala nacional y provincial que se cobra una vida inocente y que deja a una familia, a sus compañeros de trabajo y a una comunidad, totalmente desolados.

Por el otro, el hartazgo y la bronca de muchos argentinos que se sienten desamparados y burlados por las autoridades y que recurren a la violencia, algo que siempre cuestionamos y seguiremos cuestionando para expresar su malestar y esa sensación de destrato con la que convivimos diariamente.

Desde la Unión Cívica Radical llamamos a las cosas por su nombre. Este homicidio nos llena de dolor y de impotencia y demuestra el estado de abandono en la que se encuentran las y los bonaerenses por parte de un gobierno que no sólo, no atiende los reclamos de quienes sufren la inseguridad a diario, sino que promueve -forzando las leyes vigentes- privilegios para los delincuentes. La liberación de condenados en la pandemia, la falta de idoneidad para tomar medidas de seguridad con los choferes del transporte público, como la instalación de cabinas de seguridad y/o la instalación de registros biométricos para pasajeros, son algunas de las pruebas irrefutables de este desgobierno.

Hacemos un llamado de atención a las autoridades nacionales y provinciales. Si siguen en el camino de negar las problemáticas sociales, si continúan burlándose de la gente aseverando que la inflación es menor, que la inseguridad es una sensación, que la educación no está en crisis, van a seguir erosionando nuestro sistema democrático. Con mentiras, con manipulaciones y con soberbia como lo hacen a diario, sólo se alimenta el descreimiento en las capacidades estatales.

La superación de los problemas que más nos duelen y que no pueden esperar, es siempre con diálogo, con responsabilidad y en paz.

Por más provocaciones que suframos, por más indignación que nos atraviese, el único camino posible para encontrar soluciones es a partir de la convivencia y en el marco de las leyes.

Sin gritos, sin supuestos salvadores mesiánicos y con las herramientas que nos brinda la democracia.

A 14 años del fallecimiento de Don Raúl Alfonsín, sus palabras son una clara muestra de cuál es el camino: “Si alguien distraído, al costado de camino cuando los ve marchar, nos pregunta: ¿Hacia dónde marchan, por qué luchan? Tenemos que contestarles con las palabras del preámbulo. Que marchamos, que luchamos para constituir la unión nacional, afianzar la Justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino».

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