
El sábado pasado la Unión Cívica Radical de la Provincia de Buenos Aires definió su estrategia partidaria y electoral. La Convención casi por unanimidad ratificó la política de coalición con 337 votos afirmativos de los 395 totales, 6 negativos y 1 abstención.
Facundo Manes, quien encabeza la lista de precandidatos a diputados nacionales por la provincia, nos interpela diciendo que es tiempo de estar presentes y que esta es la lucha de nuestras vidas.
La república necesita de líderes que militen la transparencia y propongan un cambio inteligente a todos los argentinos. Líderes como los gobernadores radicales Gerardo Morales en Jujuy, Rodolfo Suárez en Mendoza y Gustavo Valdés en Corrientes que transitan el camino de la unión y los consensos básicos que demanda la ciudadanía.
La Unión Cívica Radical en sus flamantes 130 años de vida reaviva el fuego que se gestó en la Revolución del Parque en 1890. Ese mandato aún inconcluso de conjugar libertades políticas con igualdad de oportunidades, es una voz que no se puede acallar en una sociedad abrumada por el desánimo.
Hoy el radicalismo de la provincia de Buenos Aires con sus Intendentes, concejales, consejeros escolares, legisladores provinciales y nacionales, inyecta en la democracia argentina su genética vocación por servir a los nuevos desposeídos del siglo XXI.
Las próximas elecciones, donde elegiremos diputados nacionales, senadores provinciales, concejales y consejeros escolares, desafían al radicalismo hacia una convocatoria amplia e integradora del mundo del pensamiento, de la producción y el trabajo.
Facundo Manes simboliza esa síntesis de cambio en paz que tanto necesita un pueblo saturado de grietas viejas y nuevas. Madurar la unidad de es una lucha que interpela a todos los argentinos. No hay porvenir venturoso en la venganza y el cortoplacismo cuando el presente queda cautivo en la cíclica mirada al espejo retrovisor.
Trabajar para la consolidación de una nueva mayoría es una convocatoria que pone el radicalismo en el centro de un protagonismo que la democracia exige a todos los partidos políticos.
La pandemia y los múltiples desaciertos de un gobierno bipolar, han dejado al país muy débil, con mucha incertidumbre y con la necesidad de liderazgos cuya credibilidad reaviven la esperanza de un cambio sustentable.
La elocuencia de las palabras no basta. Las promesas tampoco. El aliento para respirar un nuevo aire comienza por una elección inteligente. Trabajar, trabajar y trabajar con honestidad por una Argentina unida hacia el progreso deber ser la semilla y el cultivo de esta nueva etapa.
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