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Juegan al rin raje con nuestro futuro

En busca del rumbo perdido el oficialismo envió al Presidente a timbrear al conurbano. Ahí  donde suponían tenían los votos cautivos a base de planes sociales, esa herramienta de la que han abusado, el viejo pero presente clientelismo político utilizado sin miras por este gobierno. El mensaje enviado por los ciudadanos en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias claramente sacudió las bases Kirchneristas que pusieron de rodillas hasta al mismísimo Alberto Fernández. 

El sequito que rodea a la Sra. Vicepresidente de la Nación envió a la máxima autoridad del país a jugar al “rin raje”, tocar timbre y salir corriendo sin que el propietario de esa casa descubra al autor de dicha acción, es que si esperara a ser atendido probablemente no reciba elogios de los vecinos. El cimbronazo de septiembre lo llevó a incorporar figuras devaluadas  al gabinete y a estas a salir sin miramientos a “repartir” discursos de escasísimos contenidos, en definitiva, palabras que se las llevará el viento y que no dejarán nada positivo para los Argentinos, pueden ser una muestra de que la brújula que utiliza el Gobierno Nacional esta defectuosa o de que no está dispuesto a realizar los cambios necesarios.

Entre los anuncios se pretende destacar la apertura de las exportaciones cárnicas como un gesto de apertura, pero esto solo hace confirmar lo que sosteníamos en editoriales anteriores: con el cierre no se defendería la mesa de los argentinos y se perjudicaría la producción.

También se anunciaron posibilidades de créditos a sectores afectados; mejoras del salario mínimo, vital y móvil; jubilaciones para quienes no alcanzan la edad mínima; inversiones que generarán puestos de trabajo. Y se escucharon frases como: “lo que hicimos mal lo corregiremos, lo que no hicimos lo haremos”; “La industria es el motor central del desarrollo y el crecimiento”; “Necesitamos una sociedad que crezca con trabajo”. Todas expresiones de voluntad, sin programas que las respalden.

Por último, continuando con las suposiciones, podríamos referirnos a otro dispositivo, el termómetro con el que midieron la temperatura “postpaso” podría tener alguna falla. O peor aún, los interpretes desconociendo la gravedad de la fiebre, han salido nuevamente a dar manotazos de ahogados demostrando una incapacidad que parece no tener límites. Lamentablemente, movidos por el egoísmo puro que los caracteriza, estas reacciones no responden más que a sus propios intereses y nada tienen que ver con buscar el bienestar común de los argentinos.

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