Como dice la canción, en medio del panorama tan triste, Javier Milei dijo que “jamás hay que renovar un plazo fijo en pesos”. Y él pasa de la idea financiera a la política, que es la que está detrás de todo su concepto financiero. “La moneda peso debe ser repudiada porque la emiten los políticos”. En su visión de las finanzas, en su visión de la dolarización, hay una ideología política que supone que el político -que, bueno o malo, representa a la gente- no puede tener entre manos algo tan delicado como la moneda. Esto lo dijo el asesor de Milei en materia de dolarización, a quien él le promete el Banco Central, Emilio Ocampo cuando, afirmó que “tenemos que dolarizar para evitar los malos gobiernos”. Le tenemos que quitar a la democracia la posibilidad de tener una política monetaria porque el problema no es la moneda, el problema son los políticos. Hay un puente entre la idea de dolarización y la denuncia de la existencia de una casta.
Obviamente, cuando Milei dice que no hay que renovar plazos fijos en pesos acelera la corrida, acelera el incendio. Es el Milei pirómano.
Hay una sociedad perversa entre Massa y Milei, una sociedad que perjudica a Massa. La mala política de Massa es el principal impulsor de Milei. Y él acelera la crisis y cruelmente, pide el incendio cuanto antes por algo que el mismo Milei se encargó de aclarar: “En la medida en que se destruya más el peso -la moneda en la que cobran el 99,9% de los argentinos- va a ser más fácil para mí dolarizar”. No dice algo más inmediato y, si uno quiere, más mezquino: “En la medida en que se destruya el peso, aumenta la inflación; en la medida en que se genera más incertidumbre, más inseguridad, se enciende más la hoguera y yo llego más fácil”.
Esta situación tan delicada, que se vuelve más frágil aún por actores principales de la escena, como Milei: El Banco Central sacó un comunicado que casi empeora la cosa y que dice lo que uno ya sabe que no es: que el sistema financiero está sólido. Hay una degradación del peso de la que el Gobierno no se hace cargo. El comunicado se lo tendría que mandar Miguel Pesce a Sergio Massa porque uno de los factores principales de esta situación es la pésima devaluación que el ministro llevó adelante y la pésima política fiscal que lleva a cabo para comprar votos con emisión monetaria. Este es el motor de esta crisis que Milei acelera.
Se habló de todo en el debate. Pero, curiosamente, ni el domingo pasado ni durante el segundo debate entre los candidatos apareció un tema que nos está preocupando a los argentinos hace mucho tiempo, y que estalló con estos escándalos bonaerenses: cómo se financia la política y qué piensa hacer esta clase política con el problema del financiamiento. Es una pregunta que no se hace Massa, que no hizo Bullrich. Pero lo más interesante de todo, que tampoco formuló Javier Milei a pesar de su obsesión contra la casta.
Tenemos la oportunidad de elegir no seguir con el modelo de corrupción del Kirchnerismo, de no incendiar el país con ideas «renovadoras». Tenemos equipos. Tenemos experiencia. Tenemos la oportunidad de cambiar m es ahora. Y es para siempre.
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