loader image

Francisco, «Políticas valientes» para erradicar «la injusticia del hambre»


CIUDAD DEL VATICANO,  26 Julio 2021 (AICA) El papa Francisco envió este lunes 26 de julio, un mensaje a la precumbre de las Naciones Unidas sobre sistemas alimentarios, que se inauguró hoy en Roma, en el que recuerda que es deber de todos “erradicar la injusticia” del hambre global a través de políticas valientes. En el mensaje, leído por monseñor Paul Richard Gallagher, secretario de Relaciones con los Estados, el Papa define el hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición en la era del Covid con palabras muy fuertes como: “escándalo, crimen, injusticia”.

Es “un encuentro importante”, escribe Francisco, sobre todo porque “esta pandemia nos enfrentó a las injusticias sistémicas que socavan nuestra unidad como familia humana”, entre ellos, la pobreza y el daño infligido a la Tierra, “nuestra casa común”, a través del “uso irresponsable y abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”.

Producir alimentos suficientes no resuelve el problema del hambre

De ahí el fuerte llamamiento del Papa a “un cambio radical”: no basta, de hecho, con centrarse en la tecnología para incrementar la producción del planeta, no es suficiente producir “alimentos suficientes” si “muchos se quedan sin el pan de cada día”.

No es suficiente, reitera Francisco, porque “esto constituye un escándalo real, un crimen que viola los derechos humanos fundamentales” y “una injusticia” que todos “tienen el deber de erradicar mediante acciones concretas, buenas prácticas y políticas locales e internacionales valientes”.

Su objetivo, en esencia, tendrá que ser “aumentar la resiliencia, fortalecer las economías locales, mejorar la nutrición, reducir el desperdicio de alimentos y proporcionar dietas saludables accesibles para todos”. Pero el cambio debe comenzar desde adentro, advierte Francisco, porque el objetivo del “hambre cero” no se logra con la mera producción de alimentos, sino “con una nueva mentalidad, un enfoque holístico y el diseño de sistemas alimentarios que protejan la Tierra” y mantener, en el centro, la dignidad de la persona humana”.

La familia “componente  esencial de los sistemas alimentarios”

En segundo lugar, prosigue el mensaje pontificio, la alimentación debe estar suficientemente asegurada “a nivel mundial y debe promoverse el trabajo decente a nivel local”, para que el mundo de hoy pueda nutrirse “sin comprometer el futuro”.

Otros puntos esenciales señalados por el Papa se refieren al restablecimiento de la centralidad del sector rural y la urgencia de que “el sector agrario recupere un papel prioritario en el proceso de toma de decisiones políticas y económicas”, especialmente en la fase pospandémica. En particular, Francisco exhorta a considerar “a los pequeños agricultores y familias campesinas como actores privilegiados”, cuyos conocimientos tradicionales no deben ser “descuidados o ignorados”, para comprender mejor sus necesidades reales.

Construir una sociedad verdaderamente fraterna

El Papa subraya que “la familia es un componente esencial de los sistemas alimentarios” porque es aquí donde “aprendemos a disfrutar de los frutos de la tierra sin abusar de ellos” y es aquí donde descubrimos “estilos de vida que respetan lo personal y bien común”.

Al mismo tiempo, el Papa dice ser consciente de que existen “poderosos intereses económicos que nos impiden diseñar un sistema alimentario que responda a los valores del bien común, la solidaridad y la cultura del encuentro”; sin embargo, para mantener un “multilateralismo fructífero” y un sistema alimentario responsable, “la justicia, la paz y la unidad de la familia humana” son fundamentales.

 “Nadie se queda atrás – concluye el mensaje pontificio – y cada uno es capaz de satisfacer sus necesidades básicas”, para “construir una sociedad pacífica, próspera” y verdaderamente fraterna.

CIUDAD DEL VATICANO,  26 Julio 2021 (AICA) El papa Francisco envió este lunes 26 de julio, un mensaje a la precumbre de las Naciones Unidas sobre sistemas alimentarios, que se inauguró hoy en Roma, en el que recuerda que es deber de todos “erradicar la injusticia” del hambre global a través de políticas valientes. En el mensaje, leído por monseñor Paul Richard Gallagher, secretario de Relaciones con los Estados, el Papa define el hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición en la era del Covid con palabras muy fuertes como: “escándalo, crimen, injusticia”.

Es “un encuentro importante”, escribe Francisco, sobre todo porque “esta pandemia nos enfrentó a las injusticias sistémicas que socavan nuestra unidad como familia humana”, entre ellos, la pobreza y el daño infligido a la Tierra, “nuestra casa común”, a través del “uso irresponsable y abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”.

Producir alimentos suficientes no resuelve el problema del hambre

De ahí el fuerte llamamiento del Papa a “un cambio radical”: no basta, de hecho, con centrarse en la tecnología para incrementar la producción del planeta, no es suficiente producir “alimentos suficientes” si “muchos se quedan sin el pan de cada día”.

No es suficiente, reitera Francisco, porque “esto constituye un escándalo real, un crimen que viola los derechos humanos fundamentales” y “una injusticia” que todos “tienen el deber de erradicar mediante acciones concretas, buenas prácticas y políticas locales e internacionales valientes”.

Su objetivo, en esencia, tendrá que ser “aumentar la resiliencia, fortalecer las economías locales, mejorar la nutrición, reducir el desperdicio de alimentos y proporcionar dietas saludables accesibles para todos”. Pero el cambio debe comenzar desde adentro, advierte Francisco, porque el objetivo del “hambre cero” no se logra con la mera producción de alimentos, sino “con una nueva mentalidad, un enfoque holístico y el diseño de sistemas alimentarios que protejan la Tierra” y mantener, en el centro, la dignidad de la persona humana”.

La familia “componente  esencial de los sistemas alimentarios”

En segundo lugar, prosigue el mensaje pontificio, la alimentación debe estar suficientemente asegurada “a nivel mundial y debe promoverse el trabajo decente a nivel local”, para que el mundo de hoy pueda nutrirse “sin comprometer el futuro”.

Otros puntos esenciales señalados por el Papa se refieren al restablecimiento de la centralidad del sector rural y la urgencia de que “el sector agrario recupere un papel prioritario en el proceso de toma de decisiones políticas y económicas”, especialmente en la fase pospandémica. En particular, Francisco exhorta a considerar “a los pequeños agricultores y familias campesinas como actores privilegiados”, cuyos conocimientos tradicionales no deben ser “descuidados o ignorados”, para comprender mejor sus necesidades reales.

Construir una sociedad verdaderamente fraterna

El Papa subraya que “la familia es un componente esencial de los sistemas alimentarios” porque es aquí donde “aprendemos a disfrutar de los frutos de la tierra sin abusar de ellos” y es aquí donde descubrimos “estilos de vida que respetan lo personal y bien común”.

Al mismo tiempo, el Papa dice ser consciente de que existen “poderosos intereses económicos que nos impiden diseñar un sistema alimentario que responda a los valores del bien común, la solidaridad y la cultura del encuentro”; sin embargo, para mantener un “multilateralismo fructífero” y un sistema alimentario responsable, “la justicia, la paz y la unidad de la familia humana” son fundamentales.

 “Nadie se queda atrás – concluye el mensaje pontificio – y cada uno es capaz de satisfacer sus necesidades básicas”, para “construir una sociedad pacífica, próspera” y verdaderamente fraterna.

Compartir nota