Las partículas pueden estar en dos lugares al mismo tiempo, pueden teletransportarse, pueden atravesar paredes

Debemos remontarnos desde la antigua Grecia para ver el desarrollo del conocimiento que hoy desemboca en la física cuántica. La teoría de la física cuántica desarrolla cómo se comportan las partículas más pequeñas, más pequeñas aún que los átomos, que forman todo lo que existe incluido nosotros mismos. Estas partículas tan pequeñas se comportan de modo muy extraño, de modo anti-intuitivo.
Pueden estar en dos lugares al mismo tiempo, pueden teletransportarse, pueden atravesar paredes, pueden “tener conexiones fantasmagóricas”, en lenguaje de Einstein. Pueden vincularse, aunque estén en dos puntos extremos del universo.
Estos descubrimientos, esta nueva teoría sorprende al mundo científico que estaba acostumbrado a ver al universo como una gran máquina que funcionaba con un cierto orden. Un orden predecible, predeterminado. Este hallazgo rompe los moldes de la ciencia tradicional y termina con las certezas que se presumía tener.
Esta ruptura nos plantea nuevas y múltiples preguntas. ¿Qué es la realidad? ¿Es realidad lo que vemos o nos traicionan los sentidos? ¿Existe la luna cuando no la miramos? Einstein decía que si o le gustaba pensar que sí.
La pregunta por la luna parece infantil, pero en los fundamentos de la física cuántica “la mirada puede modificar la realidad”. Ya veremos. Sonia Fernández Vidal propone al auditorio un juego de ejemplos para graficar de modo pedagógico algunos conceptos de la física cuántica. Imaginemos -dice- el núcleo de un átomo como una pelota de ping pong. Que ese núcleo figurado en la pelota de ping pong se encuentra en el centro del estadio Bernabeu y que los electrones, que son más pequeños que la punta de un alfiler, giran alrededor del perímetro del estadio. Entre el núcleo (pelota de ping pong) y la circunvalación conformada por el perímetro del estadio donde pasean los electrones está todo vacío .
El campo de juego, con excepción de la pelotita, las tribunas, las plateas, las entradas, y demás, todo ese gran espacio está absolutamente vacío. Entre el núcleo y el electrón no hay nada, está vacío en un 99,9999 %. Si, un 99,999 vacío. Es asombroso.
Un concepto anti- intuitivo. La estructura del átomo está poblada de un enorme vacío. Esta disruptiva concepción del átomo “99,99% vacío” no ha sido rebatida por la ciencia.
¿Entonces, la estructura de todo lo existente, los seres y las cosas compuestos por átomos estamos básicamente vacíos?
Curiosidades y certezas de la vida cuántica. Una invitación a investigar lo desconocido dentro y fuera de nosotros mismos.
Fuente: Conferencia de Sonia Fernández Vidal en YouTube.
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