¿Ignorar es violencia? Sí, dejar de hablar o ignorar a alguien se considera violencia. El silencio es una forma de violencia psicológica, cuando se tiene como fin castigar o manipular al otro. El silencio es la forma de violencia más fuerte porque crea incertidumbre en la víctima, quien usualmente se culpa a sí misma.
Que al silencio lo ejercen, quienes deben defenderte y cuidarte, duele más. Por qué en otro momento se agitaban banderas, se emitían comunicados y se tomaban posturas respecto a temas de violencia de género y ahora no hay palabra de ninguna institución feminista, defensores de los derechos humanos y ni tampoco del partido del Frente de Todos. Por qué. Porque hay sororidad selectiva. Porque no importa que haya víctimas. Porque no importa que haya denuncias. Porque lo que importa es seguir cuidando y protegiendo a personas violentas, acosadoras. Porque se sigue (aunque no quieran decirlo) sosteniendo al patriarcado, del que tanto hablan. Pero las palabras son sólo eso, palabras sino se acompañan con hechos.
Niegan la realidad. La siguen negando. En el ámbito local, niegan la acusación hacía uno de los de ellos. Niegan la gravedad de los hechos. En el ámbito nacional, niegan la acusación sobre la ex presidente Cristina Kirchner. El fallo en la causa “Vialidad”, que condenó a la vicepresidenta de la Nación a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua de ejercer cargos públicos, es considerado un fallo judicial histórico. Pero no. Ellos atentan contra una persecución política. No reconocen los delitos que se le imputan. Siguen y sostienen su relato.
Qué necesitarán para darse cuenta que hay una sociedad que está cansada de sus atropellos y de sus prepotencias. Hay una sociedad que les está diciendo BASTA. Hay una sociedad cansada, y se está manifestando.
Ésta semana en el Honorable Concejo Deliberante se trató un proyecto sobre el pedido de intervención de los ministerios de Salud y Género y Diversidad, sobre lo ocurrido en el Htal. Pironio. Pero a su vez, invitan a la reflexión individual y colectiva, a fin de repensarse cómo representantes de la comunidad.
Las violencias por razones de género no tienen partidos políticos, ni religiones y en consecuencia esperamos que quienes tienen responsabilidades se manifiesten en este sentido. Que sean muchas las voces que repudien estás actitudes.
Compartir nota