Que nadie se confunda.
El jabonoso escenario de las PASO puede inducir a gruesos errores de concepto.
Uno de ellos sería pensar que las Elecciones Generales del 14/11 tienen un resultado “cantado”.
¿ Quien puede saber cual será el comportamiento de los que no fueron a votar en setiembre ?
¿ Puede, acaso, asegurarse que quien votó por un precandidato, dentro de un espacio, y no ganó, lo hará por una lista conformada de un modo diverso al sentido de su voto ?
Y no hay motivos para pensar que, en Rauch, la situación sea muy distinta a la del resto del país y que no haya lugar para la incertidumbre.
La ventaja obtenida por las dos listas del espacio “Juntos” sobre la del Frente de Todos fue amplia pero nadie puede afirmar que los votos que obtuvieron por separado se sumarán en noviembre en favor de la boleta integrada.
El gesto de la conducción partidaria de ceder el cuarto lugar de la lista a “Diálogo” pareció enderezado a dar una respuesta al mensaje de las urnas y el escrutinio dirá si los electores acusan recibo del mismo.
Pero me inclino a pensar que se sobreestima el rol del socio electoral.
El resultado de las PASO tuvo más que ver, por un lado, con el apoyo que suscitara la figura de Roberto Paponetti.
Pero, por otro, en el análisis que hace el Oficialismo parece soslayarse el comportamiento de buena parte de los Votantes Radicales.
Esos electores que tradicionalmente acompañan a los Candidatos de la U.C.R. y que esta vez no lo hicieron, en las PASO 2017 fueron casi 1900 más, y en las Generales de ese mismo año, 2850 más.
Allí hay que poner el foco, en esta última recta.
Se trata de convocar a los Radicales y Movilizar al Partido, con generosidad y sin exclusiones.
Todavía hay tiempo para hacerlo y muchos aguardan esa movida.
SAGITARIO
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