La celebración del 25 de mayo combina, no sólo una de las tradicionales fechas patria de la Argentina, sino también el aniversario de la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia.
El término “revolución” suscita largos debates. Si existió una revolución, fue porque se produjeron transformaciones hondas; confrontaciones políticas, culturales y militares, que incluyeron a amplios sectores sociales. Todos los partícipes se dieron cuenta de que estaban haciendo algo trascendental. Lo que no sabían era cómo iba a terminar. Quizás nunca soñaron que iban a ser recordados en las escuelas de un país que todavía no existía. Lo que sí sabían era que estaban peleando contra el poder establecido y que, si les iba mal, los iban a aprisionar, les iban a quitar sus bienes o incluso los podían matar.
La historia, que tiene sus picardías, nos puede llevar de un salto al 25 de mayo de 2003, cuando Néstor Kirchner asume el gobierno en Argentina. Menem no podía ir al balotaje porque no tenía suficiente apoyo, por lo que cesó en su derecho de la segunda elección y Néstor Kirchner ocupó el lugar del ganador de esas elecciones presidenciales.
“Pensamos el mundo en argentino, desde un modelo propio convocamos al trabajo, al esfuerzo y a la creatividad, para que nos hagamos cargo de nuestro futuro, para que hagamos los cambios necesarios para forjar un país normal” fué el mensaje.
En mayo de 1810 no hubo un plan, ni un programa único. Algunos que estuvieron juntos en esos días, habían marchado separados durante las luchas facciosas anteriores. Hoy, a 20 años de la asunción de Néstor Kirchner como presidente, y el movimiento “Nan & Pop” que generado, vemos que tampoco hay un plan, ni un programa único. Que algunos que estuvieron juntos, hoy marchan por separado… que las banderas que agitan, son “nacional y popular”, pero con la plata del bolsillo ajeno. Que priman sus intereses, por sobre los del pueblo. Que las confrontaciones políticas y culturales, no nos incluyen como protagonistas. No son como las confrontaciones de 1810 en las que lo único que querían era, “pelear contra el poder establecido y que, si les iba mal, los iban a aprisionar, les iban a quitar sus bienes o incluso los podían matar…” Estos conductores actuales, saben que eso no les puede pasar.
¡Viva la Patria! La Patria grande, la que hacemos todos los días, trabajando, forjando sueños y construyendo un futuro mejor. Ese que nos merecemos…
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